Podemos describir, en muy pocas palabras, el hábitat y el modo de alimentarse de las termitas. Decimos: son unos insectos de carácter social que viven en grandes colonias y son capaces de construir formidables nidos. Su alimento está constituido, esencialmente, por materiales compuestos de celulosa. Esto es cierto, pero no hace justicia a lo impresionantes que pueden ser estos insectos. Tienes que conocer los distintos modos como desarrollan sus vidas.
Las Termitas
Estos insectos han recibido y reciben diversos nombres. Se les conoce como comejenes, hormigas aladas, térmites, termes, etc. En su mayoría, viven en regiones de clima tropical o subtropical, pero algunas viven en climas templados. Viven en áreas tanto rurales como urbanas, es decir, tanto en el campo como en las ciudades. En ocasiones, su volumen ha permitido que deriven en verdaderas plagas urbanas en algunos territorios.
De ellas se conoce la existencia de hasta 2600 especies distintas en el mundo. En términos científicos globales, esto supone la conformación del 10 % de la biomasa total del globo terráqueo. Todos sabemos perfectamente que existen pero, en términos generales, la mayoría de nosotros no sabe detectarlas en las áreas urbanas. No percibimos la existencia de sus colonias hasta que padecemos, en nuestros hogares, los efectos que ocasionan.
Hábitat de las termitas: ¿qué comen?
Estos insectos, como te indicamos antes, principalmente se alimentan de todo material que contenga celulosa, natural en las maderas. Las termitas de por sí, no son capaces de digerir la celulosa pero, aprovechan sus nutrientes gracias a su degradación. Este trabajo es efectuado por microscópicos organismos unicelulares llamados protozoos con los que viven en una relación simbiótica. Estos organismos se encuentran en el sistema digestivo de las termitas.
Habitualmente, el alimento es transportado en sus estómagos y luego se transfiere al resto de las termitas de la colonia. El mecanismo o procedimiento específico para completar tal transferencia tiene dos modalidades. La primera consiste en pasarlo de la boca de una termita a la de otra. Por la segunda, el alimento se pasa del ano de una termita a la boca de otra.
¿Cómo identificar la presencia de termitas?
Las termitas suelen consumir las maderas desde el interior hacia el exterior. Siempre van dejando residuos superficiales mientras llevan a cabo su trabajo a lo interno del madero. Cómo descubrir la existencia de termitas en una columna, en una puerta o un marco de madera. Tienes un indicio inconfundible, sencillamente golpea el objeto de tu interés y si suena hueco, tienes termitas.
Por lo general, se introducen sin ser detectadas, perforando vías y túneles a través de paredes o muebles. A veces, un golpe accidental sobre un mueble o contra una puerta, es lo que hace que nos percatemos de que tenemos termitas en el hogar. En casos como estos, la madera tiende a deshacerse como si fuera papel. E inmediatamente, se desprenden residuos similares a migas de pan. La capa externa del objeto, nos estaba ocultando la labor de las termitas en su interior.
El hábitat de las termitas
El lugar en donde se desarrollaron originalmente las termitas, fue probablemente dentro de madera muerta. Es posible que crecieran en troncos caídos o segmentos muertos de árboles vivos. Probablemente, esos fueron los lugares donde la sociedad de termitas encontró alimento y abrigo. Esos primeros hábitats son lo que llamamos “nidos de una pieza”.
Su hábitat tradicional se encuentra en regiones de clima tropical y subtropical. Sus colonias o termiteros, pueden albergar hasta tres millones de insectos estructurados por la función que cumplen. La reina es la única responsable de producir y depositar los huevos para su reproducción.
Los termiteros
Las termitas construyen distintos tipos de colonias o termiteros. Su diseño es muy diverso y, en ocasiones, su composición llega a ser muy compleja. Pueden ser de dimensiones colosales respecto del tamaño de estos insectos. Según donde quieran establecerse, construyen termiteros subterráneos, superficiales, externos o externos a cualquier edificación. Los subterráneos pueden ocupar un espacio de hasta 40 metros bajo la tierra.